Tragedia silenciada: más de 70 niños han muerto ahogados intentando llegar a la escuela en la comarca Ngäbe-Buglé
- retenchiriqui
- 23 oct
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La Fundación para el Desarrollo Sostenible de Panamá (Fudespa) presentó un estudio que expone una alarmante realidad: entre 55 y 70 personas —en su mayoría niños y adolescentes— han perdido la vida por ahogamiento en los últimos 25 años en la comarca Ngäbe-Buglé, muchas de ellas cuando intentaban cruzar ríos para llegar a sus centros educativos.
El informe titulado “Educación Mortal: Crisis Sistemática”, presentado ante la Comisión de Educación de la Asamblea Nacional, advierte que el 60% de las víctimas son menores de entre 5 y 12 años, aunque también se reportan casos hasta los 17 años. Estas muertes ocurren principalmente durante la temporada lluviosa, cuando las corrientes se tornan peligrosas y los estudiantes no tienen otra opción para asistir a clases.
Durante 2025, dos adolescentes perdieron la vida en circunstancias similares: una en Quebrada Tigre y otra en el río Guariviara, ambas arrastradas por las crecidas mientras intentaban llegar o regresar de la escuela. Fudespa considera que esta cifra representa apenas una parte del problema, ya que muchos casos no son registrados oficialmente por las autoridades locales.
La falta de puentes seguros, transporte escolar y caminos rurales adecuados son los principales factores que contribuyen a esta tragedia. Según las estimaciones de la fundación, se requeriría una inversión de entre 42 y 63 millones de dólares para garantizar pasos peatonales seguros y mejorar la conectividad en las zonas más vulnerables.
“Los jóvenes quieren estudiar, pero faltan puentes, escuelas y docentes. Se están violando derechos fundamentales”, denunció Anelio Merry López, secretario general del Congreso Guna, quien considera urgente una respuesta estatal integral.
Por su parte, Diógenes Sánchez, dirigente magisterial, recordó que incluso docentes han perdido la vida cruzando ríos. “El abandono de estas comunidades es evidente. No se puede seguir normalizando la muerte de estudiantes y maestros”, afirmó.
En tanto, Lucy Córdoba, defensora de la niñez, calificó la situación como una deuda moral del Estado panameño: “No puede morir un niño más por querer estudiar. La educación no debe ser una sentencia de muerte”.
El estudio de Fudespa plantea que la construcción de puentes, el mantenimiento vial y la implementación de rutas seguras no solo salvarían vidas, sino que garantizarían el derecho básico a la educación, aún negado para cientos de niños indígenas que arriesgan su vida cada día en la comarca Ngäbe-Buglé.









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