¡Orgullo chiricano más allá de la frontera! Costa Rica celebra el Día de la Persona Chiricana cada 26 de mayo

Costa Rica celebra el Día de la Persona Chiricana cada 26 de mayo, reconociendo la riqueza cultural de esta comunidad panameña.

Aunque para muchos pueda parecer una sorpresa, cada 26 de mayo, el calendario costarricense marca una fecha especial: el Día de la Persona Chiricana. Se trata de una celebración oficial instituida por el Ministerio de Educación Pública (MEP) de Costa Rica, con el objetivo de visibilizar, valorar y rendir homenaje a la presencia histórica y cultural de la comunidad chiricana en suelo tico.

Esta conmemoración fue impulsada por el Departamento de Educación Intercultural del MEP, como una forma de reconocer el legado cultural, las tradiciones, costumbres y aportes que los chiricanos han dejado a través del tiempo en diversas regiones de Costa Rica, especialmente en la zona sur, donde esta población tuvo una presencia significativa.

La migración chiricana hacia Costa Rica comenzó a mediados del siglo XIX y se fortaleció durante el siglo XX. Muchos panameños, en busca de oportunidades, cruzaron la frontera sur y se establecieron en comunidades donde lograron integrarse con pueblos indígenas y habitantes del Valle Central. Este proceso dio lugar a un valioso intercambio cultural que aún perdura.

Entre los aportes más destacados se encuentran expresiones culturales como las salomas, el punto, la cumbia, la música de acordeón, así como platillos tradicionales como las almojábanas y el bienmesabe.

“El aporte cultural de la comunidad chiricana también nos ha heredado comidas como las almojábanas y el bienmesabe, además de las salomas, la música de acordeón, el punto y la cumbia”, destacó el MEP en un comunicado.

Aunque el festejo se conmemora en todo el país, es en la zona sur donde se vive con mayor intensidad. Actividades escolares, presentaciones culturales y actos oficiales forman parte de esta fecha que fortalece la identidad y diversidad costarricense.

Con este reconocimiento, Costa Rica no solo rinde homenaje a una comunidad vecina, sino que también pone en valor la hermandad histórica entre pueblos que comparten más que una frontera.