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Tres desaparecidos en un año en Boquete: familias claman por respuestas

  • retenchiriqui
  • hace 2 horas
  • 2 Min. de lectura

Desesperación en Boquete por desaparición de tres adultos en menos de un año

Las familias de Quintín Santamaría (86 años), Sandra Deham (74) y Juan González (42) viven una angustia sin fin. Sus seres queridos desaparecieron en distintos puntos del distrito de Boquete, provincia de Chiriquí, en fechas diferentes, pero con una alarmante coincidencia: hasta hoy no se sabe nada de ellos.

Edita González, hermana de Quintín, recuerda con dolor el último día que lo vio: 27 de mayo de 2024 en Valle de Caldera. “Ya han pasado 13 meses y no sabemos absolutamente nada. El caso pasó al Ministerio Público, pero no nos dan respuestas claras”, lamentó.

En el caso de Juan González, quien vive con una discapacidad, desapareció el 1 de abril de 2025 en el sector de El Francés, Alto Boquete. Su madre, Odalia González, expresó entre lágrimas: “Es una preocupación que no se la deseo a nadie. Solo pedimos que lo sigan buscando”.

La tercera desaparición corresponde a Sandra Deham, de quien no se sabe nada desde el pasado 18 de junio, cuando salió de la casa de su hijo en David rumbo a su vivienda en Boquete. Nunca llegó a su destino.

Las tres familias se han unido para alzar la voz y pedir a las autoridades que no bajen la guardia y se intensifiquen los operativos de búsqueda. “No son casos aislados. Tres personas desaparecidas en un solo distrito en menos de un año es demasiado”, dijo Edita, entre sollozos.

Algunos familiares reconocen que hubo esfuerzos iniciales, pero critican que las primeras horas fueron poco efectivas, lo que pudo ser clave para hallarlos. “Buscaron a mi hermano por solo 72 horas. ¿Y después qué?”, cuestionó la hermana de Quintín.

La incertidumbre crece también entre los residentes de Boquete, un distrito conocido por su tranquilidad y turismo. “Esto genera temor. No sabemos qué está pasando”, señaló Pedro Delgado, hijo de Sandra Deham.

El caso del señor Santamaría es particularmente inquietante: su casa fue encontrada con la cadena abierta y artículos como ropa, azúcar embarrada de lodo, una olla con carne, un cucharón, paraguas y una linterna desparramados. “¿Qué pasó aquí? No puedo dormir de pensar”, dijo su hermana.

Las familias piden que sus casos no queden en el olvido y que las autoridades actúen con urgencia y transparencia.


 
 
 
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